Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.
Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA
(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro
Comentario
Capítulo 47
Trata en este capítulo de la batalla. ubieron los mexicanos tenuchcas con los tlatelulcas y como fueron bençidos y desbaratados los tlatelulcanosEl rrey Axayaca mexicano, condoliéndose de la destruiçión que abía de benir sobre Tlatelulco, le tornó a biar otro mensajero, y fue elexido por mano de Çihuacoatl al prençipal llamado Cueatzin (Rrana preçiada), y hecha la baxada, açoróse Moquihuix con esto y a ynistançia de su suegro mandaron dar garrote al mensajero Cuetzin mexicano y fuéronlo arrojar al barrio llaman Copolco, que agora es Santa María la Rredonda. Acabado esto, començaron luego a dar alarido y alarma diziendo a bozes: "¡Tlatelulcanos, consúmanse los mexicanos! ¡Mueran todos los traidores!" Y esto sería al quarto del alua. [58v] Dixo Çihuacoatl Tlacaeleltzin: "Ya an començado los tlatelulcas, pues nos an muerto a nro prençipal Cueatzin teuctli. Ea, mexicanos, toquen las bozinas de caracol y golpeen las rrodelas con grande grita, bozería y pónganse su conçierto y suban a la casa alta del tetzahuitl (abusión) de Huitzilopochtli". Y esto sería como después de medianoche. Y començó luego Çihuacoatl a hablar y consolar al mançebo rrey Axayaca, diziéndole: "Hijo y señor, mirá que sois niño y abéis de pasar y beer adelante, pues a ello estáis obligado fuero de rrey. No tengáis temor alguno, esforçaos, que más que esto abéis de beer y abéis de ganar. Y pues nos començaron los tlatelulcanos, justo es que lo acabemos nosotros. Esforçaos, tomá uro dardo y rrodela". E luego fue Çihuacoatl al açotea y alto de Huitzilopochtli y, bisto el tiempo y la ocasión, dio bozes desde lo alto, dixo: "Ea, mançebo rrey, hijo mío, salga de tropel uro baleroso campo mexicano". Luego Axaya dio bozes a sus capitanes diziéndoles: "Ea, mexicanos, flor del mundo, començá luego a salir que ya bienen nros enemigos para bosotros". Y así, luego tomó la delantera el prençipal y capitán Tlacochcalcatl, el qual esforçando al rrey Axayaca, diziéndole: "Esforçaos, señor, y no temáis que estamos. Por lo consiguiente, el Axayaca mostrando grande ánimo, esfuerço tanbién a Tlacochcalcatl. Y yendo discurriendo por los suyos por otra calle yba el capitán Cuauhnochtli y Aticocyahuacatl, y así se toparon unos con otros, que de un tirón, desde la puente que está en Atzacualco, que es agora la de San Sebastián y detrás de Santo Domingo, les lleuaron a los tlatelulcanos, hiriendo y matando, hasta el barrio se llama Yacolco, que está agora la yglesia de Sancta Ana. Y llegados allí, se rreparó el rrey Axayaca, llamando a los tlatelulcanos con la mano, diziéndoles: "Hernos tlatelulcanos, esforçaos, cobrad ánimo y mirá que por fuerça os emos de ganar el tiangues de este mercado". Y tras de esto, tornan luego a darles otro apretón muy rrezio, los ençerraron su tiangues. Tornan luego a les dezir los mexicanos a los tlatelulcas: "¿Qué es ura pretençión, tlatelulcas? Ya os emos ya ganado buestro tiangues (mercado). ¿Qué es lo que dezís a esto? ¿Queréis baste lo hecho o no, porque estamos ya çerca de buestro templo y nos dais lástima; queréis sese ya?" espondió Huitznahuacatl Teconal, dixo : "¿Qué es lo que dezís, Axayaca? Aguardá un poco y beréis buestro atreuimiento". Y así, arrojó a uno de los cantores tlamacazque,de la torre abaxo, como de gran soberuia, y tras del a una muger y a un muchacho, queriendo significar no tener en nada la pérdida de mugeres, niños, ni aun cantores de su templo. Dixo Axayaca: "Pues sea norabuena que nos motexáis de cantores, mugeres, niños, biexos. Agora lo beréis, pues ansí lo [59r] queréis bosotros y no queréis gozar de nra clemençia". Dixeron los tlatelulcanos: "No es menester tantas parolas, que de esta manera usamos nosotros de nro ofiçio y exerçiçio", y començaron. Luego, otra bes dixo Axayaca: "Pues así lo queréis, Teconal, ya abro la mano, que lástima ni dolor no emos de tener, que aquí beréis cabeças, braços, tripas, por este suelo arrastrando y pisándolo nosotros". Y con esto bien al Teconal y Moquihuix a dos o tres mugeres con las bergüenças de fuera y las tetas, y enplumadas, con los labios colorados de grana, motexando a los mexicanos de cobardía grande. Benían estas mugeres con rrodelas y macanas para pelear con los mexicanos y tras de estas mugeres siete u ocho muchachos desnudos, con armas, a pelear con los mexicanos. Y bisto esto, los capitanes mexicanos a una boz: "¡Ea, mexicanos a fuego y sangre!" Tornó Axayaca a ynterrogalles con la paz: "Condoliendo de biexos, mugeres, niños, criaturas de cuna, pondremos nras armas". Jamás quisieron. Y con esto y con la grita de anbas partes las mugeres desnudas, desbergonçadas, començaron a golpearse sus bergüenças dándoles de palmadas, y los muchachos arrojaron sus baras tostadas. Y comiençan a boluer las espaldas y subir ençima del templo de Huitzilopochtli y desde allá alçan otras mugeres las guas mostrando las nalgas a los mexicanos y otras començaron arrojar de lo alto del cu escobas y texederas y urdideras (otlatl, tzotzopaztli tzatzaztli), y esprimiendo la leche de los pechos, arrojándola a los mexicanos, y con esto arrojan las mugeres la tierra rrebuelta con suziedad o pan maxcado. Acabado esto de las mugeres, subió un prençipal tlatelulcatl llamado Xochicoatl. Subido en lo alto sima del brazero ynfernal (cuauxicalli), comiença de bailar y dixo a bozes a los mexicanos, y con esto baxó bozeando con sus armas contra los mexicanos; y biniendo furioso un moço mexicano, le arrojó una bara tostada que le pasó el cuerpo todas tres puntas, y cayó de espaldas.Comiençan los unos a los otros con tanta bozería y braueza que subía a los çielos la bozería, y ban los mexicanos tan furiosos de enojo y coraxe de les aber hecho tantas fealdades y así subió el primero a lo alto del cu del ydolo Huitzilopochtli el rrey Axayaca y el capitán Tlacochcalcatl y Cacamatzin, y subidos a lo alto arrebataron el propio Axayaca y a Tlacochcalcatl al rrey Moquihuix y despeñáronlo de lo alto del cu, bino abaxo hecho pedaços, y tras dél a Teconal, su suegro, y a otros muchos prençipales tlatelulcanos. Subieron luego doze o quinze biexos y niños y biexas, hincáronse de rrodillas delante de Axayaca diziéndole: "Rrey y señor nro, no aya más, [59v] çese ya buestra furia y braueza, que basta que está delante de bos tanta sangre derramada, que ya están muertos los balerosos heran y los que lo causaron con las bidas pagaron su atreuimiento". Tornó otro prençipal biexo llamado Cuacuauhtzin a ynterrogar al rrey Axayaca con la paz. Rrespondió Axayaca: "Esta mañana os bié a rrogar tres bezes con la paz y xamás quisistes. Hasta acabar de todo punto no e de parar". Tornó otra bez el Cuacuauhtzin a ynterrogar Axayaca con lágrimas que para qué quería de hecho destruir a sus propios basallos y padres, que ellos ayudarían a las guerras contra los de las costas de las mares naturales de ellas, lleuarían sus cargas y mantenimientos y armas, y se ofresçían con sus propias personas al serbiçio corporal de semana en Tenuchtitlan. Con esto Axayaca hizo çesar la batalla.